El estrés en las redes sociales.
Comienzo esta reflexión, en voz alta, refiriéndome en primer lugar, y también con mucha tristeza, a esa situación que suelo leer en, por ejemplo, en Facebook mas de lo que me gustaría y es cuando algunos compañeros intervienen escribiendo, bien para preguntar o bien para contestar, y lo hacen con faltas de ortografía y, algunas veces, suele salir el “listo de la clase” recriminando las faltas de ortografía o que no se usa de forma correcta nuestra gramática, usando por ejemplo tiempos verbales erróneos. Ese listo, curiosamente, se mantiene agazapado, sin intervenir de forma habitual aportando contendido, ni respondiendo a las dudas del colectivo pero, mira tu, para ese tipo de acciones sale de su posición cómoda de “mirón” para avergonzar al compañero o compañera que escribió con toda su buena voluntad, sin creer que algún listo les iba a examinar.
Comentarios despectivos en esta situación son muy crueles porque no sabemos la situación que vivió el compañero o compañera y que les impidió adquirir una formación a nivel del uso de nuestra lengua de forma adecuada.
Seria mas correcto explicarles que se puede usar el corrector en linea, que las palabras mal escritas suelen subrayarse con una linea roja y que de esa forma es fácil auto-corregirse, pero no, es mejor para algunos reírse de la falta de las habilidades en vez de ayudar. En fin...
De igual forma también debe ser difícil para algunas personas pararse a comentar de forma, ya no digo, amigable, digo tan solo amable el post del compañero que solo quería compartir un instante y un lugar reflejado en una instantánea fotográfica. Pareciera que hay prisa hasta para “perder el tiempo” en redes sociales, lo de perder el tiempo lo entrecomillo porque pienso que el uso de las redes sociales es algo que se hace cuando sobra tiempo.
El nivel de estrés que demuestran algunas personas al responder a algunas preguntas de compañeros es bastante elevado.
Igual que lo es cuando un compañero pone una foto de algún lugar que le ha parecido interesante, bonito y que solo pretende compartir la sensación de belleza que puede encerrar y se leen respuestas, casi en un tono imperativo, tales como, ¿donde?, ¿que sitio es?, ¿se puede dormir?, ¿para que subes la foto sin nombre del sitio?, ¡no se pueden abrir ventanas! ¡que sepas que estás acampado!. Estas y otras respuestas son tal y como algunos compañeros contestan. Y, si os fijáis, no es algo puntual, al revés, son comentarios muy comunes.
Contestar en un tono amigable podría ser mas correcto y conllevaría mas empatía.
Que foto chula, gracias por compartir, ¿podrías decirme donde es?
Veo que tienes abierto el toldo, ¿estás en un lugar que está permitido, tipo área?
Se ve que es un sitio genial, ¿podrías indicar donde es?
… etc.
La verdad, yo debo tener mucha suerte, porque no he tenido nunca comentarios así, al revés, lo normal es que los compañeros y compañeras que leen lo que escribo comenten de forma cordial y, la mayoría de las veces, de forma amigable. También puede ser que como mis reflexiones suelen ser muy largas no sean leídas por aquellas personas que tienen siempre dispuesto el comentario soez.
Este es un colectivo que está creciendo exponencialmente, donde cada día se suman nuevos miembros que han llegado en un momento donde las redes sociales solventan las dudas que los más veteranos teníamos que aprender con la practica cotidiana y el propio sentido común.
Leo preguntas en algunas paginas de Facebook que pueden ser, en algunas ocasiones, hasta algo infantiles, pero también leo respuestas que rozan la mala educación y otras que directamente invitarían a bloquear a determinados usuarios, son los menos pero, se hacen notar mucho.
Es verdad que preguntar, por ejemplo, si se pueden llevar las ventanas de la capuchina abiertas mientras se conduce es una pregunta, como diría yo , que puede parecer ilógica, es mas, creo que lo es pero, ¿no es mas educado contestar en tono mas moderado y didáctico que hacerlo sacando “los pies del tiesto”?.
A veces, recurrir siempre al uso de las redes sociales para solventar las dudas del principiante, estado ese, el de principiante, por el que todos hemos pasado en algún momento, hace que muchos compañeros que se incorporan a nuestra forma de viajar se acostumbren a que les sean resueltos los problemas de forma inmediata y por tanto, al final, no adquieren las habilidades necesarias para resolver problemas cotidianos.
En fin, reflexiones en una tarde otoñal, viendo desde mi ventana como la noche ya ha ocupado su espacio en el día que pronto acaba.
Ana @subetealpaisaje.
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