Saludar,
¿cuanto cuesta?
Saludar,
¿cuanto cuesta?.
Para
algunas personas debe suponer una autentica fortuna porque es
difícil, no ya que te saluden por propia iniciativa, también que
contesten al saludo que les ofreces.
En
esto, bueno en esto y otras muchas cosas, envidio a los franceses,
sus saludos nunca faltan y tampoco en la montaña y que bien suena
siempre el bonjour madame.
En
éste nuestro País y, por poner un ejemplo de hace solo unos días,
estando aparcados en un área recreativa llegó a nuestro lado un
vehículo vivienda que aparco con idea de pernoctar, pues desde que
llegaron hasta el día siguiente que nosotros ya nos marchábamos ni
un buenas tardes, hola, qué tál, … nada de nada. Ojo, que es como
si buscasen siempre dar la espalda. INCREÍBLE la falta de educación
que tienen algunas personas pero, si ademas son compañeros de forma
de viajar da un poco de rabia, por lo menos a mi.
Recuerdo
hace muchos años, cuando se comenzaban a ver algunas autocaravanas
en los pueblos y ciudades de nuestro País, que algunos saludos se
convertían en una grata conversación que podía acabar en un café
o incluso una cena y siempre o casi siempre un intercambio de ideas
de viajes y desde luego, de teléfonos y direcciones por si
visitábamos la ciudad o nos visitaban a nosotros los compañeros
recién conocidos. ¡Que lejos queda! Y sobre todo, que pena da que
muchos de nuestros compañeros te ignoren , no ya en la carretera
donde cada vez se saluda menos, también en los lugares de
aparcamiento y pernocta, la verdad, no lo entiendo.
Quiero
creer que la buena educación nunca pasa de moda pero, cada día
estoy mas convencida de que mi creencia no se sustenta con la
realidad que se vive, sin embargo para mí el saludo o su ausencia
es la verdadera carta de presentación de las personas que tengo
alrededor.
Tanto
cuesta saludar? Debe
ser que si y eso debió de pensar el historiador guineano Aboubacar
Sidibe que tiene publicado un libro sobre el saludo.
Él
escribe,
que la ausencia de saludo en la sociedad actual se da en personas
con
falta de actitudes sociales.
Piensa Aboubacar, y yo con él, que el
saludo permite el acercamiento humano y su ausencia puede estar
acompañada de desconfianza, desprecio, ansiedad… y sobre todo de,
distanciamiento social.
Por
otro lado, las nuevas tecnologías, hacen que para muchos sea difícil
quitar los ojos de la pantalla de teléfonos, tablets, ordenadores, …
para contestar un saludo y, menos aun para saludar de motu propio.
Y,
por último la importancia de la educación que reciben las personas
hace que sea mas fácil para algunas saludar y contestar al saludo y
a otras se les hace imposible tener un comportamiento moral y gestual
como conlleva en si mismo el saludo.
Dice
Aboubacar
“Los
saludos son de suma importancia en las relaciones humanas. Permiten
el acceso a otras personas, incluso a aquellas que no conocemos.
Facilitan la comunicación, los intercambios, las reuniones, los
encuentros, hacer amigos, caminar, proponer matrimonio, pasear,
informar y quejarse. Los saludos juegan el papel de vínculo
solidario, de fraternidad entre los seres humanos.
… Para
enfrentar la crisis del saludo, este debe ser priorizado desde el
primer momento en que se produce un contacto humano.Fomentar
la cultura del saludo en nuestras relaciones saludando antes de
cualquier petición, saludando antes de entrar, saludando después de
salir, saludando a los enfermos, saludando a las personas cuando
están felices o llorando”
En
fin que, me debo estar haciendo mayor porque
para mí el saludo, al
menos, verbal es
una forma de contacto social imprescindible, igual que lo es dar las
gracias u
ofrecer disculpas.
A
propósito del coronavirus y los cambios en la forma de saludarnos,
actualmente con el codo, decía el profesor de Sociologia de la
Universidad Complutense Pablo Santor en una entrevista en el País el
24 de mayo que “Tenemos
interiorizado el saludo como algo natural, pero es algo social y
aprendido”, pues, francamente no estoy de acuerdo o yo me topo con
multitud de personas que no han INTERIORIZADO NADA EL SALUDO.
Pues yo siempre saludo, cuando voy paseando voy saludando, nunca falta un hola a quien se cruce en mi camino, y si no me contesta, allá él o ella, es su problema, yo sigo haciendo lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo Ana